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“En un mundo sin videojuegos”
Cuando Isabel llegó a la casa de los Horneros se encontró con la sorpresa de que le habían dado una habitación grande y lindísima en el segundo piso. No tenía baño privado, pero llegaba a él a través de dos puertas internas y no tenía que preocuparse por el tigre.
El tigre, llegó el momento de hablar del tigre. Sobre el felino solamente sabemos que vive en la casa como una especie de mascota y camina libremente entre una habitación y otra de la planta baja, nunca en la parte arriba. El tigre se define como un peligro el cual hay que evitar, por lo tanto, los personajes deben saber en todo momento en cuál habitación se encuentra para no ingresar a ella. Es el deber de los dos niños preguntar dónde está el tigre antes de hacer cualquier movimiento, como por ejemplo, bajar a desayunar en la mañana. Eso es todo, no sabemos absolutamente más nada sobre el tigre, de hecho, si la palabra ‘tigre’ se sustituyera por ‘zombi asesino’ el sentido del cuento no cambiaría en lo absoluto puesto que en ningún momento se describe al animal o su relación con los humanos, ni tampoco cómo hacen para seguirlo y saber dónde está. (En realidad un “zombi asesino” le daría al cuento una connotación de ciencia ficción mientras que “tigre” más bien nos hace ver a los Funes como una familia excéntrica y misteriosa.) El tigre, en conclusión, es un 'concepto' que podría interpretarse de muchísimas formas.
Dado que existe ese tigre que restringe los movimientos de los personajes dentro de la estancia entonces el el autor define espacios para mover al tigre y a los personajes de uno a otro sitio, como un juego de ajedrez. Los siguientes son los ambientes que se mencionan en el cuento:
Jardín de tréboles
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Comedor de cristales
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Bosque de sauces
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Costa del arroyo
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Parque de las hamacas (debe ser maravilloso)
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Biblioteca de abajo
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Estudio de Luis
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Estudio del Nene
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Sala de piano
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Comedor de adentro
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Jardin del frente
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Living
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El cuento está narrado en tercera persona aunque se hace entender que Isabel le escribe cartas a su madre y que lo narrado coincide en cierta forma con lo que ella cuenta en esas cartas. Por ejemplo, el segundo párrafo después de su llegada a los Horneros comienza así:
“Querida mamá tomo la pluma para — [Los Funes] Comían en el comedor de cristales, donde se estaba más fresco. El Nene se quejaba a cada momento del calor, Luis no decía nada pero poco a poco se le veía brotar el agua en la frente y la barba. Solamente Rema estaba tranquila, pasaba los platos despacio y siempre como si la comida fuera de cumpleaños, un poco solemne y emocionante.”
Otro párrafo comienza así:
“Mamita, antes de ir a comer es como en todos los momentos, hay que fijarse si — "[fijarse dónde está el tigre]Y continúa, en tercera persona, contando cómo deben estar pendientes del tigre y sobre la forma en que Rema les da instrucciones para evitar encontrarlo.
Una vez más:
“Vos me dijiste que no debo andar haciendo —“ [haciendo preguntas]
Elisa sabe muy bien que su hija Isabel en esta visita los Horneros va a notar cosas extrañas en la casa de los Funes (la última vez que Isabel pasó vacaciones allá era una niña más pequeña) y le advierte antes de salir que no haga muchas preguntas. (Esto hace que yo me pregunte de nuevo, por qué la dejan ir para allá?)
Continúa ese párrafo con una frase bellísima que dice:
“Porque Rema parecía detener, con su tersa bondad, toda pregunta.” [Eso quiere decir que Rema evita dar explicaciones. (Pobre Rema, ella sufre en silencio.)]
El siguiente párrafo comienza con Isabel constatando que:
“Al fin y al cabo era una vida triste. Isabel se preguntó esa noche por qué los Funes la habrían invitado a veranear. Le faltó edad para comprender que no era por ella sino por Nino, un juguete estival para alegrar a Nino. Solo alcanzaba a advertir la casa triste, que Rema estaba como cansada, que apenas llovía y las cosas tenían, sin embargo, algo de húmedo y abandonado.” [Más adelante Isabel se dará cuenta de la razón.]
La familia Funes consta de tres hermanos, Luis, Rema y el Nene y del hijo de Luis, llamado Nino, que deduzco tiene 7 a 9 años de edad. Esos son los únicos miembros de la familia que están en la casa. No aparece, ni se menciona a la madre de Nino. Infiero que Luis es el hermano mayor, Rema la del medio y el Nene el menor, por eso le dicen el nene. La edad de los tres hermanos no es especialmente relevante pero me los imagino menores de 40 años.
Aparecen también mencionados en el cuento algunos empleados e hijos de los empleados de la finca quienes permanecen anónimos excepto por don Roberto, el capataz, cuya rol en la historia es informar a la familia sobre la posición del tigre.
La siguiente cita revela los pensamientos de Isabel durante sus juegos:
"Nino empezaba a querer volver al jardín, aludía a las hamacas y a los petisos. Isabel lo despreciaba un poco [Nino es muy pequeño para ella.] El formicario valía más que todo Los Horneros, y a ella le encantaba pensar que las hormigas iban y venían sin miedo a ningún tigre, a veces le daba por imaginarse un tigrecito chico como una goma de borrar, rondando las galerías del formicario; tal vez por eso los desbandes, las concentraciones. Y le gustaba repetir el mundo grande en el de cristal, ahora que se sentía un poco presa, ahora que estaba prohibido bajar al comedor hasta que Rema les avisara. [ese encanto por el formicario lamentablemente termina muy pronto.]"
“Se acordó antes de dormirse [de qué se acuerda? se acuerda de asomarse por la ventana a ver a Rema y al Nene juntos.], a la hora de las caras en la oscuridad ['caras en la oscuridad' es una frase recurrente], lo vio otra vez [se había asomado antes] al Nene saliendo a fumar al porche, delgado y canturreando, a Rema que le llevaba café y él que tomaba la taza equivocándose, tan torpe que apretó los dedos de Rema al tomar la taza, Isabel había visto desde el comedor que Rema tiraba la mano atrás y el Nene salvaba apenas la taza de caerse, y se reían con la confusión. [uhm...]”
El final de la segunda parte lo marca un pensamiento de Isabel. Un pensamiento que está intercalado en una travesura que ocurre una tarde (ver subrayado abajo):
“Una tarde hubo siesta, sandía, pelota a paleta en la red que miraba al arroyo, y Nino estuvo espléndido sacando tiros que parecían perdidos y subiéndose al techo por la glicina para desenganchar la pelota metida entre dos tejas. Vino un peoncito del lado de los sauces y los acompañó a jugar, pero era lerdo y se le iban los tiros. Isabel olía hojas de aguaribay y en un momento, al devolver con un revés una pelota insidiosa que Nino le mandaba baja, sintió como muy adentro la felicidad del verano. Por primera vez entendía su presencia en Los Horneros [la niña ha crecido], las vacaciones, Nino [Nino, la razón de su estadía]. Pensó en el formicario, allá arriba, y era una cosa muerta y rezumante, un horror de patas buscando salir, un aire vaciado y venenoso. Golpeó la pelota con rabia, con alegría, cortó un tallo de aguaribay con los dientes y lo escupió asqueada, feliz, por fin de veras bajo el sol del campo. [por qué esos sentimientos encontrados? 'con rabia, con alegría'; por qué se siente por fin de veras feliz?]”
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